martes, 8 de junio de 2010

Periodismo crítico o crítica del periodismo


Reflexionando sobre el día del periodista, acercamos un texto del Fiscal a cargo de la Unidad de Asistencia a Causas por Violaciones a los Derechos Humanos, el Dr. Félix Crous.

"Ya expira el día del periodista. Los periodistas de Crítica sacaron una edición especial para juntar unos mangos para su lucha; no cobran su salario, dicen. Mata los cagó.Propongo un ejercicio ¿Qué pasaría si Mata no los hubiera cagado? ¿estarían escribiendo los mismos titulares, las mismas notas, cubriendo los mismos eventos? Quiero decir ¿estarían sesgando la realidad, mintiendo, siendo el panfleto de la oposición, el vocero de sojalandia? Y si la sojigarquía hubiera conseguido lo que se proponía: otro helicóptero, en vez de Isabel y del Marmota como pasajeros con Cristina como transportada y Cleto en el sillón presidencial, todo ello con el empujoncito del pasquín en el que trabajaban ¿hubieran tronado de indignación? ¿o hubieran recibido un plus en el salario, una promoción en ese u otro medio del cartel golpista, un carguito en algún nuevo Ministerio?No sé si estuve desinformado, pero antes de que Matta los cagara y no les pagara el salario, creo que no hubo un paro de actividades, una huelga de verbos caídos porque lo rajaron a Hernán Brienza, el Subdirector del Culturas, quien se negó a cumplir la orden del capatáz de escribir contra el insolente -y traidor a la patria oleaginosa- Torugo Morales, lo que violentaba su opinión del natural del Cardona.Los periodistas son trabajadores que tiene familia que mantener, solo hacen su trabajo. Ellos no dan las ordenes ni marcan la línea editorial; la independencia no existe; no tiene margen de maniobra. Nos es nada personal (dijo Frank Nitti); solo cumplo ordenes (dijo el sargento ayudante que manejaba el Falcon de la patota); no tenía alternativa (se justifican los carceleros del Vesubio).Imaginemos que sí, que hay una moral y una ideología en esos obreros de la palabra, distinta a la que rezumaba el medio en el que trabajaban y que -vale recordar- ellos gestaban y lo hacían nacer, cada madrugada. Esa moral, íntima y de sobremesas chicas, muerde con las encías como los gatos viejos. Los colmillos se afilan en el kiosco y esa moral en acción (que suelen llamar ética) se divorciaba de aquella moral soplada con sordina.Hasta hace unas semanas, cuando Matta terminó de cagarlos, ponían su talento argumentativo, su fuerza retórica, su capacidad expresiva, al servicio de la piedra esmeril de las ilusiones llamada Crítica de la Argentina. Elegían cada verbo, cada sustantivo, cada adverbio; elegían por elegancia, por costumbre o por amor propio, donde poner cada punto y coma. Modelaban y festejarían cada hallazgo irónico, esa prueba de la inteligencia que acaricia el ego. Nunca le gritaba al público “¡ahí va la pelota embarrada!”. Embarrate y jodete.Pero Matta los cagó y hoy son trabajadores en lucha. Mañana capaz que los contrata Spolski y volverán a hacer su trabajo. Porque son trabajadores; no hay independencia; no hay margen de maniobra; yo no elijo qué escribir; yo no decido la línea editorial.Hago daño por fatalidad del oficio y deriva existencial. Hanna Arendt hubiera creado un subtipo de la “banalidad del mal”: la banalidad textual.Agoniza el día del periodista. Ojalá el año que viene festejemos ese día con más periodistas. Si Mariano Moreno y Rodolfo Walsh -de similar trágico sino- emergen de sus abismos, los cagan a patadas en el culo".

1 comentario:

matilda dijo...

duriiisimo

:)

V